El
jueves 19, al llegar la marcha organizada por la Asamblea de Parados a la
explanada del Ayuntamiento les estaban esperando dos patrullas de la
Ertazintza. Un miembro de una de las patrullas se adelantó para advertir de que
cualquier intento de alterar el normal desarrollo del Pleno se consideraría
delito. Añadió que estaba allí a petición del Ayuntamiento, así en genérico.
Durante
el Pleno, como siempre, el comportamiento de todo el público asistente y el de
los parados presentes fue de lo más educado y respetuoso. Preguntado el
alcalde, contestó que él no había llamado a la Ertzaintza. Me consta que esto
es cierto y que al día siguiente el alcalde había pedido que le informaran de
quién había hecho tal llamada.
Pero,
¿quién teme a los parados? ¿quién teme a la Asamblea de Parados? No tienen ni
cuernos ni rabo, no son el demonio. Son
personas, mujeres, hombres, que se encuentran en una situación angustiosa, de
emergencia económica y social y que piden ayuda, piden que se les escuche,
piden trabajo.
La
respuesta que les dé la sociedad, nosotros, no pude ser la de enviar a la
Ertzaintza para que “proteja a las personas de bien, a las personas de orden”.
Esto sería una gran injusticia. Ellos son los que necesitan la protección de
toda la sociedad. En este momento son los más débiles entre los débiles.
Javi
García.- Concejal