Estamos cansados de oír falsas excusas para
tratar de eludir las responsabilidades propias. Esto es demasiado frecuente en
la vida política, en el ámbito estatal, en el autonómico, en el foral y también
en el nuestro, en nuestro pueblo y en nuestro equipo de gobierno.
Si se habla de alguna acción sobre
carreteras, aceras, pasos de peatones, semáforos, marquesinas, etc., la
respuesta siempre es la misma, “es que esto depende de la Diputación”.
Hemos pronunciado las palabras mágicas, “es que” y ya nos creemos
justificados para no hacer nada.
Si se trata de abordar el problema del paro
y la posible creación de puestos de trabajo, “es que Lanbide nos retira
la subvención”; “es que eso que proponéis es ilegal”; “es que los de la Asamblea
de Parados quieren … y eso no puede ser”. Y con pronunciar el mantra del “es
que” ya estamos justificados y no se hace nada y además se aprovecha
para acusar a la oposición de irresponsable y demagógica.
Si es un asunto de Medio Ambiente, estamos
en las mismas, “es que no tenemos competencias”; “es que en este asunto la
competencia es del Gobierno Vasco”. Y las empresas contaminadoras siguen
campando a sus anchas, con perjuicio para todos los vecinos.
Este “es que” es una pantalla para lanzar
el problema “allí fuera” lejos de nosotros. Esta forma de pensar y actuar es
retrógrada y de mera defensa, es una forma de expresar públicamente incapacidad
y debilidad.
Necesitamos dirigentes que sean proactivos
y no reactivos que actúan siempre a la defensiva. Necesitamos dirigentes que
sean más ingeniosos, que tengan otras ideas diferentes del “es
que”, que sean más diligentes, más creativos y más cooperativos.