sábado, 11 de abril de 2015

Nuestra vecina la refinería 2ª parte. Calidad del aire y cabinas.

El seguimiento del impacto de la actividad de Petronor en el entorno se basa en los datos recogidos por las cabinas. Cada 3 meses la empresa debería presentar un informe que, partiendo de las actividades que desarrolla Petronor y contrastando las mismas con los datos de las cabinas, permitiera establecer una posible relación de causa-efecto. A día de hoy, pese a haberlo solicitado varias veces, directamente a la Viceconsejería de MA y a través del Ayto, nunca nos lo han facilitado.

Es importante este estudio porque podría identificar las fuentes o actividades con mayor impacto en el entorno, actuar preventivamente y mitigar el efecto sobre la población.

Hay 3 cabinas vinculadas a la actividad de Petronor, las dos de Muskiz y la de Abanto.

Las cabinas no realizan los controles adecuadamente. A día de hoy, la cabina de Muskiz no cuenta con todos los medidores establecidos en la AAI ya que no mide PM2,5 ni CO. Los fallos en los controles son habituales. Los controles son insuficientes ya que no controlan más que una pequeña parte de lo que emite Petronor. Como ejemplo, de los Compuestos Orgánicos Volátiles (COVs) el estudio de la UPV mide 36 diferentes y de esos, las cabinas sólo miden 3 (benceno, tolueno y xileno) y no todas las cabinas, sólo la de San Julián y Abanto porque la de Muskiz no mide BTX. Otro ejemplo sería el SH2, sólo lo miden las dos de Muskiz ya que la de Abanto no dispone de ese medidor.

Existen metales pesados catalogados como carcinógenos, como es el caso del cromo, arsénico, cadmio que van en las partículas, es decir, que si las partículas están presentes en nuestro ambiente de forma constante estos metales también y sin embargo no se miden en ninguna cabina. El control al que están sometidos depende enteramente de Petronor ya que la empresa, cada dos años, realiza controles puntuales cuyo resultado remite a la Viceconsejería de MA y ésta se limita a dar el visto bueno a lo presentado por Petronor.

Todos los controles a los que debe estar sometida Petronor dependen directa o indirectamente de la empresa. Los controles en continuo los realiza la propia empresa y los controles periódicos los realizan empresas de control ambiental, OCAs, que la empresa contrata y paga. Los controles que debe realizar se refieren a temas de emisiones, inmisiones, suelo, vertido a aguas subterráneas, río o mar, ruido y gestión de residuos.

La empresa debe remitir anualmente a la Viceconsejería de MA la información relativa a esos controles antes de abril del año siguiente. Todos esos controles componen lo que se denomina Programa de Vigilancia Ambiental (PVA) cuyos resultados deben ser públicos tal y como indica el Ararteko pero que, a día de hoy, nadie nos los ha facilitado.

Hay evidencia científica más que suficiente para decir, sin ninguna duda, que junto a una refinería el aire no puede ser “ bueno”, como se ha publicado desde las diferentes administraciones públicas. Otra cuestión es el grado de control de las emisiones y los límites establecidos, que generalmente se colocan en común acuerdo con las propias empresas contaminantes, según lo que ellas pueden aceptar , según lo que llaman “ las mejores técnicas disponibles o MTD”… Pero sabemos que en el caso de las petroquímicas los límites no se han actualizado desde el 2006 porque no les interesa ya que implicaría tener que mejorar sensiblemente sus instalaciones y aumentar  los costes de producción y disminuir los márgenes de beneficio.